lunes, 4 de enero de 2021

1936 -1954 De Nueva York a New Hersey

Eugene un chico de Nueva York 1936

Exponer en palabras qué es Michael Landon en este presente, en mi presente, en el presente. Desconozco si tengo la capacidad de expresión necesaria para hacerlo. Pero lo intentaré, de hecho él no me pide más, solo que lo intente. Tomamos el punto de partida, de su nacimiento el 31 de octubre de 1936 en Forest Hill, un barrio de Queens, Nueva York. Nació en el seno de una familia que era, en sí misma un encuentro entre culturas.

Su papá  Eli Maurice Orowitz 1896-1959 judio de nacimiento y practicante de la religión judia. Eli trabajaba en la moderna indústria del cine, (como gestor de salas y proyeccionista) 
La esposa de Eli fue Peggy O'Neill 1909-1983, católica romana. era bailarina y trabajaba en coreografias de comedias. 
Cuando nació, Eugene Maurice Orowitz, ese fue el nombre que le dieron sus papás, el matrimonio ya tenia una niña. Evelyn de tre años, 1933. Para el matrimonio Orowitz, la vida se hizo compleja porqué su economia no marchaba al mismo ritmo que sus expectativas, En 1941 la familia se trasladó 
al suburbio de Collingswood, Nueva Jersey. 
La complejidad que comporta toda familia, parece que desestabilizó el sistem nervioso de la mamá de Eugene. Ella se enfocó en su hija Evelyn y cuando Eugene pasó de bebé a ser un niño que demandaba atención y evidentemente, muchas veces corrección, su mamá empezó a rechazarle con tanta dureza que desde cuatro-cinco años Eugene entendió que su mamá no lo amaba.
Llegado el tiempo de entrar en la escuela 
asistió al Collingswood High School. Los problemas de Eugene aumentaron. Niño de extrema sensibilidad e imaginación tropezó con sus compañeros de aula y con algún que otro maestro debido a que la maravillosa capacidad de imaginar de Eugene lo convertía en un niño incontrolable. Eugene siempre hallaba una salida en su capacidad de imaginar e inventar. La calle dónde vivian se deslizaba hasta el lago del "Knights Parks" Parque de los caballeros, allí frente al lago encontró un rincón semi oculto, dónde pudor construir su refugió. 
Alli jugaba a obras de teatro que él se inventaba, con los dos o tres amiguitos que llego a tener, solitarios com él. Entre los ocho y once años el deficit emocional al que estaba sometido le llevo directamente a sufrir "enuresis nocturna". Ello agravó las relaciones con su mamá, quien por la mañana colgaba las sábanas mojadas en el balcón, a la vista de todos los vecinos. 
La fuerza vital que tenia el muchacho empezó a girar hacia la agresividad al entorno y a él mismo. De una forma u otra Eugene entendió que tenía que ayudarse asímismo. Lo hizo corriendo. Empezo a correr de su casa a la escuela y lo vivió como un reto: él podía correr mejor que nadie. Este hábito le facilitó relacionarse con algunos compañeros, entrenadores y  consigo mismo.
La enuresis nocturna quedó atrás como una más de sus pesadillas de niño. 
La mayor pesadilla de Eugene fueron las continuas peleas en su casa y la relación con su mamá. Eugene amaba profundamente a su mamá y ello exacerbaba aún más el rechazo de ella.
Los largos silencios de su papá, las burlas de su hermana... El mundo de los niños que no son tratados con amor es un mundo oscuro y peligroso del que el niño aprende a defenderse a golpes. Golpes hacia sí mismo, porqué si nadie te quiere es porqué eres malo o no vales nada. Eugene inventaba historias de las que siempre salía vencedor.
De los diez años a Eugene le quedó el recuerdo de pasar un par de dias en un hotel en la playa con su família. Estando juntos en la playa de pronto se dió cuenta que su mamá se estaba ahogando, sin saber nadar se metió en el mar para sacar a su mamá. Lo consiguió con gran esfuerzo porque su mamá, lejos de ayudarle luchaba contra él. Però pudo arrastrarla hasta la playa dónde su padre pudo ayudar pués ya se había dado cuenta de la situación.
Lo que más recordaba Eugene, es que a los diez minutos de aquella situación su mamá andaba jugando y riendo con su hija Evelyn, como si nada hubiera ocurrido. Eugene nunca olvidaría aquella amarga experiencia. 

Educado por su papá en las tradiciones judias, llegó el tiempo de prepararse para celebrar su "Bar Mitzvah" en el Templo Beth Shalom.
(Dentro del rito judío, se consideran Benei Mitzvá (Bar Mitzvah) para los varones, del hebreo: בר מצווה, "hijo de los mandamientos (los mitzvot)"; o Bat Mitzvah para las mujeres, del hebreo בת מצווה, "hija de los mandamientos (las mitzvot)") quienes han alcanzado la madurez personal y frente a su comunidad leen por primera vez en público la Tora. Se ha fijado en 12 años para las niñas,  y 13 años para los varones. 
A partir de este momento, los jóvenes pasan a ser considerados, según la 
halajá
 o ley judía, responsables de sus actos).
Eugene recordaba la alegría que el sentía en está fiesta hasta que su msmá les comunicó que él no podía ser judío, porque ella, a escondidas de su esposo, la había bautizado católico de bebé. Adiós a la alegría tenemos pelea en puertas. 
He subido está imagen de la fiesta del "Bar Mitzvah" adaptándolo a Eugene, Quería sentirle a allí con el Gran Candelabro encendido detrás de él delante de la Tora, leyendo las escrituras que para un joven judio son Sagradas: se leen con el corazón, con todos los sentidos abiertos a comprender. Está foto de Eugene nos muestra su gozo, solo duró el tiempo de la ceremonia. Cuando llegaron a casa todo fue una triste pelea entre personas que usuban sus diferencias personales y culturales para pelear...

Toda la pasión que había centrado en el estudio de la Tora, para prepararse para su fiesta de "Beneí Mitzvá" quedó en vació. Ahora sabía que su mamá lo bautizó a escondidas en una religión que él no conocía ni entendía. Ahora podía sentir que todo era un fraude, porqué todo terminaba en una pelea que llevaba a sus padres a no hablarse por meses y a usarle a él para comunicarse, o mejor expresado para no comunicarse.
No, ya no era ese niño que jugaba con la nieve, ahora era un hombre de 13 años, responsable de sus actos, seguún la ley judía que había aprendido en la Tora. Ahora era un hombre. Y cómo gestiona un hombre la falta de comunicación y la incomprensión. Con rabia con una rabia ciega que ahoga el dolor de no ser amado. La vida le empujó a seguir corriendo para huir del dolor, para abrir un camino que le permitiese dejar la ira atrás.
Eugene tuvo que aceptar que su familia era un campo de batalla. En la escuela el campo de batalla era él mismo. Peleaba con todo y con todos. Fue el entrenador en el arte de correr quién vió que podía ayudarle si lo enfocaba en ganar en los juegos de final de curso. Fué a los catorce años que Eugene Orowitz consisió ganar su primera carrera y ganarse asimismo al obligarse a entrenar para ganar. Corría solo, totalmente entregado a lo que estaba haciendo: no habia nadie más en el mundo que el hecho que él se estaba entrenando para ganar. En su solitaria carrera, incluso gano alguna apuesta con compañeros de la escuela: ellos conduciendo el coche de su papá y Eugene corriendo, superando su propia marca. El deporte y los entrenadores fueron la ayuda que Eugene tuvo es su juventud.

Pasar de los 14 años a los dieciocho no fue sencillo. El ambiente familiar iba convirtiendo a Eugene en un muchacho a veces solitrio y cerrado y a veces burlon y agresivo. Ya había aceptado que no lo amaban e iba absolutamente por su cuenta, aún que cuando lograba interesarse en participar en algún tipo de actividad, siempre deportiva, su enfoque era ganar y para ello sí se entrenaba. Se enseñó asímismo a ser un ganador. Ganar era lo único que calmaba su dolor, su ira por no sentirse amado. Entendió así mismo que nadie aceptaría su amor.

Ni que había una jovencita, compañera de la escuela y de vecindario que sí...
Siguió corriendo, jugó a Rugby siempre era el que peleaba más duro para ganar. Aprendió a dejar atrás las peleas familiares enfocandose en sus obras de teatro y en su afan por salir de aquellas pesadilla: él tenía que ser un ganador. No conocía los medios, pero alcanzaría su sueño: ser el mejor en los deportes, llegaría a ser un lider. Y, ese sueño lo ayudó a seguir entrenando: para ser el mejor tenia que tener un buen cuerpo muy entrenado. Su cuerpo era su herramienta para triunfar. Correr y entrenar y escribir sus obras, sus guiones..,L a relación con sus compañeros difícil, era él ganodor y los demás o le seguian o peleaban contra él.
Los dieciseis fueron un puente a una nueva posibilidad. El entrenador de la escuela se dió cuenta de la temible fuerza que tenia Eugene, él entrenaba en el lanzamiento de Jabalina a los muchachos, buscaba enfocar la fuerza de esos jóvenes creativamente. Para Eugene funcionó. En el Verano de 1954 fué campeón por su equipo de lanzamiento de Jabalina y le valió una beca de Atletismo para la Universidad de los Angeles, California. Atrás quedó la jovencita que le acompaño en su sueño de ganador. Ella creia en Eugene con todo corazón. Ese corazón quedó atrás deseando apasionadamente que Eugene triunfase.
Así, no se sorprendan Eugene es ¡zurdo! 
Años más tarde un Eugene Orowitz maduro nos ofrecería el recorrido por su adolescencia en su película
Un viaje sin retorno: empezar de zero.

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